Las entidades territoriales tienen como misión aportar desde su gestión al desarrollo territorial, desde los aspectos económicos y sociales, en función del mejoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes. Hoy en día el mejoramiento no es dirigido solo a las personas, sino que se tiene en cuenta el medio ambiente como ese aspecto fundamental que permitirá preservar la vida de los humanos. Las acciones dirigidas desde los gobiernos territoriales hacia la sostenibilidad ambiental tienen un impacto en el desarrollo socioeconómico de la región; por ende, también son monetizables y se evidencian en la contabilidad pública a través de la ejecución presupuestal y en los estados financieros a través de los flujos de efectivo por el recaudo de impuestos y también a través de las inversiones realizadas en la comunidad.