La educación es el arma más poderosa para el crecimiento de las naciones; sin embargo; esta se encuentra transitando por una crisis silenciosa basada en la priorización de los indicadores de calidad y demás elementos perentorios para el mantenimiento de lo que considero es el Neoliberalismo Educativo, que desde la perspectiva critica resulta ser la vinculación de todas las instituciones de educación superior hacia lineamientos de formación de alta calidad, no para transformar la vida de los egresados como primer objetivo, sino más bien como prioridad; se tiene la captación de nuevos clientes (Estudiantes), mediante una imagen de marca educativa mediada por dichos indicadores. Esta nota editorial, hace una breve reflexión sobre la resignificación pedagógica como herramienta de articulación generacional en el proceso enseñanza-aprendizaje universitario